El encanto de la Chusma

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Se acaba de estrenar la última cinta de Ken Loach, La parte de los ángeles, una historia dramática que como siempre pone la atención en los más desfavorecidos pero, esta vez, con una pizca de ternura.

Por PABLO ROGERO

Fue hace ya unos cuantos otoños que el entonces ministro de interior francés, Nicolas Sarkozy, se refirió a la gente de los suburbios como “chusma” (“racaille” en francés).  Con ese tono prepotente que caracterizó al ahora marido de Carla Bruni, “Sarko” hizo toda una declaración de intenciones sobre los autores de los disturbios: son chusma, gentuza que no vale para nada más que armar jaleo. A la mierda la educación, que le den a los trabajadores sociales, ¿oportunidades a estos sinvergüenzas? Ja.

Del otro lado del canal de la Mancha, concretamente de Glasgow, nos llega la última película de Ken Loach, un trostkista militante que lleva casi 50 años en esto del cine. Desde sus inicios este padre del free cinema, se ha mantenido firme a ese lado de la realidad, el de los perdedores. Dramas como Kess, Ladybird, Ladybird o My name is Joe dejaban claro que el británico no dudaba en abofetear al espectador con el realismo más crudo y demoledor. También ha sabido acercarse a cuestiones históricas como en Tierra y Libertad o El viento que agita la cebada poniendo el acento en su discurso ideológico pero sin dejar de ser un maravilloso contador de historias. De un tiempo a esta parte, quizás porque se nos está ablandando, quizás porque bastante desesperante es la cotidianeidad, Loach parece querer buscar el lado menos sórdido y más esperanzador de las vidas que retrata.

En La parte de los ángeles nos muestra a una cuadrilla de chavales de esos a los que la vida no suele dar muchas oportunidades y a los que unos miramos con lástima y otros (Sarkozy, es solo un ejemplo) con desprecio. Chicos y chicas del arrabal, marcados a fuego por el entorno en que han crecido, por la miseria, por la ignorancia, por la violencia. Sin embargo, en este ambiente tan hostil, el bueno de Ken nos regala una historia tierna, divertida y esperanzadora.

No estamos ante una obra maestra, pero La parte de los ángeles mira con cierta dulzura (que no condescendencia) a aquellos que sólo reciben palos y más palos. Con guión del gran Paul Laverty teje una historia sencilla y de trazo duro, a ratos amarga, pero siempre con un lugar para la sonrisa. Un cuento atípico, con un espléndido reparto donde destaca el “hada madrina” en forma de trabajador social (John Henshaw) siempre dispuesto a dar una oportunidad y a poner buena cara a quienes se han curtido en la sordidez. Una gran excusa para ir al cine y disfrutar, para dejarnos seducir por el encanto de la chusma.

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About Aitor Fernández

Fotoperiodista freelance para el massmedia hasta que fundó DateCuenta. Entre sus proyectos destacan “Las voces de los cayucos”, “Mujeres valientes” o “Vencidxs”, donde se recuperaron más de 100 memorias orales para entender nuestra historia más reciente. También es docente en nuestra escuela de comunicación libre.

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