«La desobediencia es el único camino», dice el activista Enric Duran, que expropió 492.000 euros a 39 entidades bancarias para impulsar una alternativa social y que hace dos años no se presentó al juicio en el que le pedían 8 años de cárcel. Tras pasar dos años en clandestinidad, ahora prepara su regreso.
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Lectura de un comunicado de Enric Duran a la salida del juicio al quen o se presentó. | Foto: ANÓNIMO (ENRICDURAN.CAT)
«Hace 2 años dejé plantados a los jueces, fiscalía y banca, representantes de 3 de los estamentos más corruptos y obsoletos de nuestra época, que escondiendo bajo una alfombra oscura las vergüenzas de un sistema bancario indigno, pretendían condenar unos hechos aislándolos de su contexto social, político y económico. Ante esto mi respuesta fue clara y simple: la desobediencia es el único camino.»
Así comienza el comunicado que envió ayer el activista Enric Duran, que hace dos años decidió no presentarse al juicio en el que la Fiscalía y 13 acusaciones particulares lo acusaban de falsedad documental continuada y de un delito de insolvencia punible, pidíendole ocho años de cárcel. Duran se había declarado responsable de ser el autor de la ‘expropiación’ de 492.000 euros a 39 entidades bancarias para impulsar, junto a su grupo de activistas, decenas de proyectos sociales, entre los que destacan la Cooperativa Integral Catalana, un modelo económico alternativo basado en la autogestión y la construcción de la sociedad desde abajo. Un modelo que se ha extendido a todo el Estado español, que ya cuenta con decenas de proyectos similares. El activista no se presentó al juicio y denunció un juicio-farsa al no admitirse la renuncia a su abogado y ninguno de los testimonios que había propuesto para su defensa. La Fiscalía pidió la busca y captura.
Duran comunicó hace unos días su intención de regresar y pedía la colaboración ciudadana mediante la creación de un equipo presencial, formado por 6 o 7 personas de confianza, que puedan coordinar una red de apoyo más extensa. Durante este tiempo, el activista ha continuado trabajando de una manera virtual, impulsando proyectos como el de «Justicia Restaurativa», una propuesta alternativa en el que el bien para la comunidad sea una alternativa al sistema penitenciario, puesta la vista en países como Noruega o Canadá. También el modelo zapatista está siempre en el horizonte del activista, que concluye así su comunicado: «Cada vez más gente, por todas partes, es consciente que nuestras libertades, nuestros derechos no nos los darán o retirarán unas autoridades por la fuerza, sino que forman parte de nuestra naturaleza como humanos.»