Cada vez son más los jóvenes que deciden iniciar una nueva vida fuera de la ciudad y organizarse para trabajar en el campo. Detectan masías abandonadas que los dueños utilizan para la mera especulación y un día se organizan y deciden okuparla. La limpian, la reconstruyen con medios propios y vuelven a hacer que la tierra sea útil. De forma totalmente autodidacta, todo vuelve a funcionar. Capitalistas e instituciones se oponen, naturalmente, y como su difusión es mayor que la nuestra esa es la imagen del okupa rural que acaba calando en la sociedad. Los vecinos, de acuerdo: los jóvenes vuelven a traer la vida a lugares a los que nadie les importa generando proyectos sin ánimo de lucro. El objetivo a largo plazo, generar microeconomías para poder sostener vidas alternativas a la que nos imponen, la del trabajo esclavo para mantener las riquezas de otros.
Por SIGRID HERVÁS
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Este pequeño reportaje forma parte del proyecto «Vidas alternativas» que desde hace dos años se está preparando en DateCuenta.
Fantástico reportaje. Es una aportación indispensable para quienes se lo llevan tiempo planteando y no tienen referencias de que ya se está haciendo.
Muchas gracias Sigrid!