El deseo de paternidad de Mario y Sergio les llevó al camino de la gestación subrogada. A pesar de las dificultades que España le puso para registrar al bebé, finalmente pudieron hacerlo. Recuperamos su historia porque este domingo se estrena un documental basado en ella, ‘Welcome home. Una historia de familia’.
Por AITOR FERNÁNDEZ > Seguir a @DateCuenta
[ACTUALIZACIÓN 19/10/2015. Originalmente publicado el 26/06/2014]
Galileo. Como el revolucionario astrónomo que se enfrentó a la Inquisición durante el Renacimiento, así se llama el hijo de la pareja formada por Sergio Martín y Mario Mañas. Un niño que, si bien había nacido en sus mentes hacía ya cuatro años, llegó por fin a la vida en California (EEUU) a través de Edith, la mujer que lo gestó, el pasado 31 de enero, tras un proceso de dos años y medio.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]Al principio sentíamos miedo, sobre todo por si se querían aprovechar de nuestra situación.»[/four_columns]
La necesidad de paternidad de Mario y Sergio había fluctuado en varias ocasiones hasta que llegaron al camino de la gestación subrogada (mal conocido como “vientre de alquiler”). Al principio se plantearon la adopción internacional –ante la visión de que la adopción en España podía alargarse hasta 8 años–, pero no estaban dispuestos a mentir sobre su estructura familiar. La adopción homoparental sólo está permitida en 18 Estados del mundo, la mayoría de los cuales no tienen un volumen de niños que satisfaga la demanda. “No podíamos hacerlo como pareja” –afirma Sergio,– “es más, tendríamos que haber escondido nuestra homosexualidad.” Conocieron a una persona que había conseguido ser padre a través del proceso de la subrogación y, gracias al apoyo emocional y económico de ambas familias, decidieron dar el primer paso. A pesar de ser el país más caro, eligieron Estados Unidos porque es el que tiene más trayectoria y el que ofrece mejores garantías legales.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]La gestante de Galileo se sorprendió mucho al saber que en España está prohibida la gestación por subrogación.»[/four_columns]
“Al principio sentíamos miedo” –explica Sergio,– “miedo por tener que hacerlo en un país del que no sabíamos nada y donde la medicina es carísima.” Pero sobre todo, sintieron miedo por la gestante: “Miedo de que hubiera un abuso hacia ella, de que la estuvieran utilizando.” Sin embargo, cuando comenzaron el proceso y viajaron a California, ese miedo se desvaneció. “Allí vimos que todo estaba completamente controlado y que la gestante lo hacía porque quería” –prosigue Mario. También se sintieron bien acompañados, algo clave para un procedimiento tan complejo como el de la gestación por subrogación. Mario y Sergio viajaron a Estados Unidos en tres ocasiones. La primera, para dejar la carga genética y firmar los contratos con la agencia que eligieron, que a su vez se encargó de ofrecerles una selección de donantes y de gestantes (la mujer que dona el óvulo debe ser diferente a la que lo gesta para que no haya ninguna vinculación genética). La segunda, para el juicio de filiación (el proceso burocrático que otorgó a la pareja la paternidad del niño). Y la tercera, para asistir al nacimiento y regresar con el bebé.
«La persona más maravillosa del mundo»
Según la pareja, para ser gestante en Estados Unidos una mujer tiene que demostrar solvencia económica y haber tenido como mínimo un hijo. Edith, la gestante de Galileo, se sorprendió mucho cuando Mario y Sergio le contaron que en España la gestación por subrogación estaba prohibida. Mario la define como una mujer muy humana, con una verdadera vocación por los niños (ahora tiene a cuatro en acogida, además de su hija) y sin ningún prejuicio por dar a una familia la oportunidad de ser padres. “Edith es la persona más maravillosa del mundo”, sentencian. Con ella estuvieron en contacto durante toda la gestación. Y también ahora. Porque Edith es una persona con la que ya no podrán dejar de estar en contacto. “En la familia de Galileo están papá, papi y su gestante, Edith”, sostiene Sergio. Según la asociación Son nuestros hijos, a la que pertenecen Mario y Sergio, la mayoría de familias mantienen una buena relación con su gestante y muchos esperan que, cuando los niños sean mayores, puedan viajar a EEUU para conocerla.
El gobierno español pone freno
Tras un proceso de dos años y medio, Mario y Sergio eran por fin padres. Después de inscribir a Galileo en el registro americano, sólo les quedaba un paso: inscribirlo en el registro del consulado español, para que el niño obtuviera también la nacionalidad de sus padres. Tras décadas de historia de gestación subrogada en familias heterosexuales (se cree que el primer niño nacido por este procedimiento llegó a España a comienzos de los noventa), en octubre de 2008 el consulado español negó a un matrimonio formado por dos hombres la inscripción de sus hijos, por lo que los niños tuvieron que regresar a España como extranjeros. Los padres (la familia BM, como se les conoce en los medios), presentaron un recurso ante la Dirección General de Registros y del Notariado (DGRN), que les dio la razón en febrero de 2009, tras lo que esta institución creó una instrucción para que regulara el acceso al registro civil de los hijos de españoles nacidos en el extranjero mediante gestación subrogada. Sin embargo, en enero de 2010, la Fiscalía del Estado demandó a la DGRN y al matrimonio por “duda de legalidad” contra la resolución que permitió la inscripción de los niños en el Registro Civil.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]El consul español en Los Ángeles paralizó el registro de los niños nacidos por gestación subrogada, a pesar de la legalidad vigente.»[/four_columns]
“Esto es una epidemia” –le contestó Lucía San Juan, la persona que atiende en el Registro, a Mario, cuando fue a informarse del procedimiento para registrar a su bebé, que había nacido por gestación subrogada. “¿No sabéis lo que ha pasado en España?” –le dijo unos días después, cuando fue a registrarlo.– El Tribunal Supremo había emitido hacía pocos días la sentencia que ponía en entredicho la instrucción que permitía el registro de los niños a través de la gestación subrogada siempre que hubiese un juicio de filiación, con lo que el consulado había decidido paralizar todos los registros. Mario y Sergio aseguran que esta decisión ha sido tomada por el cónsul José Luis Solano Gadea, pues desde España no había sido emitida tal orden. “Ha sido una llamada de teléfono”, les aseguró el cónsul, que llevaba tres semanas en ese puesto. “Además no tenía ni idea de lo que era la gestación subrogada”, afirma Mario, “yo mismo le tuve que explicarle que la donante y la gestante son personas diferentes.” El gobierno español pretende ahora que, para obtener la filiación, el padre no biológico renuncie a la paternidad que le concede el Estado de California y sea registrado como padre junto a la gestante (que realmente no es la madre genética) para después denunciarla por el abandono del niño, que finalmente sería adoptado por el que haya renunciado primero.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]Debido a la paralización del Registro, los padres no han podido disfrutar de baja por paternidad, ni el niño tiene derecho a Seguridad Social.»[/four_columns]
Galileo se acababa de convertir en el primer niño con su registro (la simple transmisión de un certificado americano) paralizado. “Una paralización no justificada, ya que esa sentencia (aprobada por cinco magistrados contra cuatro) no menciona en ningún caso la instrucción citada”, argumenta Mario. Galileo, hijo de españoles y nacido en Estados Unidos, no tiene nacionalidad española, ni seguridad social, ni sus padres han podido disfrutar de una baja por paternidad. De hecho, Sergio ha dejado de trabajar temporalmente para poder estar con el niño. Galileo tuvo que regresar a España haciendo uso de la ciudadanía americana, que obtuvo por el hecho de haber nacido en ese territorio. Como ciudadano americano, tiene derecho a una extensión de visado de 90 días. Pasados estos tres meses, Galileo pasa a estar en situación irregular en su propio país. No existe manera legal de regularizar esta situación, ya que no existen permisos de residencia en España para hijos de españoles. “El problema es el de siempre” –asegura Sergio,– “que somos homosexuales.” El gobierno del PP quiere aprobar ahora una Ley de Registro Civil por el que las parejas con hijos nacidos por gestación subrogada no puedan registrarlos como españoles y queden en un limbo legal. La asociación Son nuestros hijos ha impulsado una recogida de firmas en contra de esa decisión. Por otra parte, durante la publicación de este artículo, hemos conocido la Sentencia de la condena a Francia del Tribunal de Europeo de Derechos Humanos por no reconocer la paternidad de parejas con niños nacidos en Estados Unidos por gestación subrogada.
La visibilización de un deseo
Sergio y Mario apostaron desde el primer momento por la visibilización de su caso aceptando la propuesta del realizador Pablo Rogero, que el domingo 25 de octubre a las 16,30h -en la Filmoteca de Catalunya, en el marco del Festival Internacional de Cine Gay de Barcelona– estrenará Una historia de familia, un documental sobre el proceso que siguió la pareja hasta tener en sus brazos a Galileo. “Lo hicimos para enseñarlo al mundo, para que sanen los prejuicios que la gente pueda tener, para que nuestra historia sea habitual.” También para que Galileo entienda cómo llegó al mundo. “Ahora tengo todo lo que deseaba en la vida” –afirma Sergio, que se siente satisfecho por el camino realizado.– “¿Quién me iba a decir a mí que yo iba a ser el primero que trajera un nieto a mis padres?”
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]Los humanos estamos avanzando y Galileo recogerá todo lo que estamos construyendo.»[/four_columns]
A pesar de los obstáculos que están viviendo, la pareja anima a seguir este mismo proceso a la gente que lo necesite. Les recomiendan que busquen una agencia con la que sientan confianza y, sobre todo, que se armen de paciencia. No aconsejan acudir a una agencia que les cobre por un asesoramiento inicial; animan, en cambio, a acercarse a asociaciones como Son nuestros hijos o Families LGTB, donde además podrán conocer a personas en su situación o que ya han pasado por la misma.
Unas 800 familias recurrieron a la gestación subrogada en España en 2013. Mario y Sergio pertenecen a una generación pionera que abre camino al resto con valentía. Y tienen esperanza en el futuro: “Ahora nadie cuestiona a las madres solteras, a los niños que nacen por fecundación in Vitro…” La sociedad avanza a pesar de que nuestros gobernantes quieran hacernos retroceder. “Los humanos estamos avanzando y Galileo recogerá todo lo que estamos construyendo”, concluye Mario. “Haremos lo posible para que sea feliz y elija su futuro en plena libertad.” Le pese a quien le pese.
[…] por una decisión política. Como ya explicó anteriormente mi compañero Aitor Fernández en un reportaje, amparándose en una resolución judicial a destiempo, el cónsul de España en Los Ángeles […]
Ánimo!!!
Pues la verdad es que hay mucha injusticia…..