«No sólo es un estudio de flamenco, aunque su alma sí lo es». Son palabras de Ana Pérez, la directora de La Tacones, una escuela de danza deSant Cugat del Vallés y la última colaboración con el curso de Fotografía Profesional. Con ella y con su estudio de flamenco nos hemos adentrado en la fotografía de espectáculo y en el control del movimiento, tan necesario en la fotografía de danza.

Tras explicar los detalles de la especialidad, repasar las distintas técnicas de captación del movimiento y abordar el trabajo de diferentes autores dedicados al movimiento del cuerpo, cada alumno enfocó su ejercicio como decidió hacerlo. Tuvieron muy en cuenta el estilo de La Tacones y de cada una de las bailarinas: una maestra, Ana Pérez, más contemporánea, y una alumna, Verónica Blázquez, más clásica.

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Fotografía con La Tacones: cuerpo, movimiento y danza

Por AITOR FERNÁNDEZ | @aitorfe

Imágenes de ANA ELIZONDO, ANTONELLA SPACCINI, CRISTINA DA SILVA, DARÍO IBÁÑEZ, JOSÉ MIGUEL SÁNCHEZ, LUCÍA ILLESCAS, MAR JOANIQUET, NÚRIA DÍAZ, PATRICIA SÁNCHEZ Y PEDRO J. GARCÍA

Adentrarse en el trabajo de la captación del movimiento no es algo que puede realizarse en tres simples clases de dos horas. Requiere tiempo: años, o incluso una vida de práctica. Muchos autores, como Isabel Muñoz y sus estelas de los «derviches» han coqueteado con el movimiento, pero pocos lo han llegado a dominar y convertirlo en el objeto principal de su obra.

El control del movimiento va mucho más allá del control del obturador. Tiene que ver también con la creatividad del propio fotógrafo, con aquello que quiere contar y con el dominio del trabajo en malas condiciones de luz, sobre todo en el mundo de la fotografía de espectáculo. Y, si los bailarines emplean horas y horas en conseguir el mejor movimiento, ¿por qué los fotógrafos no debemos dedicar horas y horas a investigar las formas en que podemos reflejarlo mejor?

Cada una de las colaboraciones con las empresas o entidades con las que decidimos trabajar en este curso de Fotografía Profesional se ha elegido por algún motivo. En el caso de La Tacones, se unen la personalidad de una escuela excepcional, donde se realiza un trabajo social y de autoestima hacia las mujeres que va más allá de una simple escuela de flamenco, y la complicidad con su directora, que también fue alumna de nuestra escuela.

«La Tacones era una niña y ahora es un sentimiento y hay muchas mujeres con ese sentimiento, hay muchas tacones», explica Ana Pérez, su directora. Y este sentimiento comulga muy bien con la forma de enseñar de DateCuenta. Más allá de obturadores y diafragmas, más allá de barridos, estelas y otras formas de captación del movimiento, es mucho más importante para el aprendizaje el saber trabajar en grupo y el observar y fijarse en el trabajo de los compañeros. También se aprende así, y no solo disparando.