A un año de la desaparición forzada de los estudiantes de Ayotzinapa, México sigue conmocionando al mundo con sus manifestaciones por la justicia y contra el olvido.

Por JOSÉ MANUEL SALMERÓN >Seguir a @dcuenta

Un mosaico que demuestra que la desaparición de los 43 de Ayotzinapa no ha sido olvidada por los mexicanos. | Fotos: JOSÉ MANUEL SALMERÓN

Este agosto ha sido intenso en México. Viajando por el país he podido comprobar cómo muchos mexicanos han querido que no se olvide uno de los episodios de impunidad más duros por parte del poder político, policial y del narco, las tres patas que agreden sistemáticamente los derechos de un pueblo duramente castigado por la pobreza, la injusticia y la falta de democracia.

La madrugada del 27 de septiembre de 2014 se desarrollaron en Ayotzinapa (257 km al sur de la Ciudad de México) una serie de episodios de violencia y represión en la que 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos (además de al menos 7 personas fallecidas y 27 heridos durante el conflicto). Desde el primer día, los familiares y amigos de los normalistas (estudiantes de magisterio) de la escuela, con amplia trayectoria de lucha social y objeto constante de represión por parte de los gobiernos local y federal, se organizaron en una protesta que exigía el esclarecimiento de los hechos, en unos actos que saltaron a la opinión pública mundial.

Una de las versiones extendidas apuntó a la culpabilidad del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien, supuestamente ante el temor de que los jóvenes realizaran protestas el día que su esposa iba a realizar un acto político, mandó actuar contra ellos con la ayuda de uno de los grupos narcos de la zona. Nuevas investigaciones realizadas por expertos internacionales ponen en entredicho esta versión y apuntan a una supuesta actuación directa por parte de policía y fuerzas federales.

Los familiares y amigos de los normalistas y los movimientos sociales surgidos a raíz del conflicto siempre han sostenido que las autoridades pertinentes han intentado evitar que la verdad sobre los hechos saliera a la luz. Sin embargo, son muchos los que se niegan a pasar página tal y como lo demuestra esta serie de fotos hechas por las calles de diferentes poblaciones del país. “Los quisieron desaparecer y aparecieron en todo el mundo”, afirmaron siempre.