Gustavo Germano, fotógrafo argentino residente en España, nos habla sobre Ausencias y Distancias, sus trabajos acerca de dos de los mecanismos de represión utilizados por las dictaduras: el exilio de miles de españoles y la desaparición forzada de personas en Argentina y Brasil. | Por VERÓNICA TARANILLA
¿Qué razones te llevaron a realizar el proyecto Ausencias?
Bueno, yo soy familiar de desaparecido. Mi hermano Eduardo fue secuestrado cuando tenía 18 años, en el 76. Y desde mis 12 años, es un tema que me atraviesa de punta a punta. Fue una forma de unir las dos partes de mi vida. Por un lado, ser familiar de detenido-desaparecido y por el otro, la profesión de fotógrafo.
¿Por qué crees que no se habla demasiado de los ‘desaparecidos’ de España?
Porque lamentablemente las dictaduras que son muy longevas dejan una huella muy marcada que dice que ese poder tiene una cierta legitimación en el tiempo. El hecho de que haya estado tanto tiempo, transforma todas sus acciones en auténticas, o por lo menos indiscutibles. Creo que eso es una losa que pesa mucho en la sociedad a la hora de reivindicar las víctimas del franquismo. Esta sociedad está construida sobre el poder que construyó el franquismo. Oponerse a eso no lo hacen ni siquiera los partidos que participaron en la transición. Son parte del mismo acuerdo. De hecho, el rey de España es heredero de Franco, así está más claro.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]¿Cómo se puede pedir que se respete la ley, si personas que han cometido actos perjudiciales para miles de seres humanos no tienen ningún tipo de castigo?»[/four_columns]
La ley de Memoria Histórica teóricamente permitiría a los familiares recuperar los restos de sus familiares. ¿Piensas que se aplica adecuadamente?
Es una ley bastante tibia, más bien fría. Parece como una ley que protegiera a la gente que va a recoger setas. Algo que dependiera de la implicación personal de un grupo, de una familia. Si sabes más o menos dónde están los restos… ponte a cavar, nosotros te damos la pala. Una cosa horrorosa, lamentable. Está claro que el poder institucional de este país está construido sobre la herencia que dejó Franco y esto supone, naturalmente, no ‘mirar en las cunetas’.
¿Piensas que el reconocimiento del Franquismo como dictadura es un tema tabú en España? Cuesta escuchar de parte de los partidos la calificación del Franquismo como dictadura.
Creo que todo son argucias semánticas para esquivar este tipo de categorías y ponerlo como algo que fue necesario. Todo busca esa legitimización. Decir que él fue autoritario pero no fue un dictador… entrar en ese tipo de discusiones, a esta altura de la civilización, no tiene ningún sentido. Creo que lo que está por detrás es el «edulcoramiento» de la dictadura franquista y además su justificación con la guerra civil. La guerra civil fue provocada por el golpe militar de Franco que derrocó a un gobierno legítimamente elegido, el republicano. Y persistió hasta que logró quedarse con el poder.
Logran el poder y ello acarrea el exilio de un montón de gente… que es el tema de tu segundo trabajo. ¿Por qué elegiste el tema de los exiliados españoles para continuar?
Viene de bastante lejos. Entre las cosas que quedaron de mi hermano, después de la desaparición, encontré un poema mecanografiado de Pablo Neruda que se llamaba ‘Se llenó el mundo’ que es parte de un libro bastante poco conocido de él que se llama Fin del mundo. Es muy apocalíptico. Y encontré un fragmento allí que guió mi trabajo:
Nos libertaba un preso y cuando lo levantábamos sobre los hombros, se tragaba un millón en calabozo, otro millón salía desterrado, luego un millón entraba por un horno y se convertía en cenizas.
Ahí tienes los tres métodos de represión utilizados por las dictaduras sintetizados de forma poética: el calabozo, el destierro y la muerte. En Argentina, Ausencias representaba la muerte en su versión más terrible que es la desaparición forzada de personas. Estando en España, empecé a ver que el exilio era también paradigmático del siglo XX. Ahí decidí que también era un guiño a mi lugar de residencia, de acogida, para adentrarme en la historia del lugar donde estoy viviendo. Ahora me falta trabajar la cárcel pero está aparcado por el momento.
¿En qué consiste ‘Distancias’ tu proyecto sobre los exiliados. Fue difícil acceder a ellos?
La idea fue un paralelo en las fotos, en este caso no había una ausencia sino un cambio de lugar. Hay una frase de Tennesse Williams que dice: “El tiempo es la distancia más larga entre dos lugares”. El proyecto intenta transmitir eso, uno puede estar a dos metros de un lugar, pero si no puede ir a ese lugar por cincuenta años, está igual de lejos que si estuviera a 15 mil kilómetros. Esa era la intención del proyecto, contribuir a quitar la imagen del exilio como solo eso de ‘cruzar la frontera’. Porque en realidad ahí solo comienza la historia, lo que lo transforma en exilio es todo el tiempo que no puedes hacer el camino inverso.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]La única manera de cerrar heridas es con memoria, verdad y justicia.»[/four_columns]
La actitud de la gente la resumiría en la de Mariano Constante que estuvo en Mauthausen. El tenía ya 80 años cuando le llamé y me dijo: “Yo ya estoy un poco cansado pero si es por la causa, venga Ud. que lo voy a atender”.
En tu web leímos una frase: ‘Desapariciones y exilio son crímenes que trascienden el propio instante en que fueron cometidos’ ¿Se cierran alguna vez las heridas del exilio y la desaparición?
La única manera de cerrarlas es con memoria, verdad y justicia. Para esto tiene que haber muchos actos de valentía y reconocimiento de lo que se hizo. Por eso, los que dicen que investigar es abrir las heridas, lo que en realidad no quieren es asumir sus responsabilidades o las que les hubieran tocado a su sector político o a sus familiares. Te pongo un ejemplo: el mayor descalabro social en Argentina sucedió mientras la impunidad era la ley. ¿Cómo le puedes pedir a un ciudadano que respete la ley, si personas que han cometido actos que perjudicaron a miles y miles de seres humanos no tienen ningún tipo de castigo? ¿Qué autoridad tiene el Estado para exigirle a sus ciudadanos el respeto de las leyes? Ahí es cuando las tareas de memoria y justicia tienen una cuestión fundante en la sociedad. Sino, Núremberg no hubiera tenido ningún sentido. Ese sentido es recordar que el Estado se rige por unas leyes y que esas leyes, sobre todo, tienen que ser respetadas por el mismo Estado.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]No estamos hablando de juzgar a Franco, sino de extraditar a un torturador confeso, ¡ni eso quieren hacer!.»[/four_columns]
¿Piensas que el Estado español ha reconocido lo que perdió con los exiliados?
Sé que la insistencia de muchas asociaciones, universidades, fundaciones, ha hecho mucho por mantenerlo presente. Pero el Estado español no ha pedido perdón jamás a nadie por su accionar. Nunca ha reconocido la gran pérdida humana que ha tenido con este exilio. Porque si algo lo hace paradigmático es que es multi-clasista, transversal. Hubo desde peones de campo, hasta ingenieros, comerciantes, intelectuales, músicos, científicos. La pérdida cultural de desarrollo social que tuvo España es tremenda.
España no ha tenido su Núremberg…
¡Pero si no quieren extraditar a un torturador! No estamos hablando de juzgar a Franco, sino de un torturador confeso, conocido por todo el mundo. ¡Ni eso quieren hacer!
Y ahora han derogado el principio de Justicia Universal…
Es tremendo, es parte del mismo plan. Lo peor es que lo hacen por una cuestión de no molestar a un socio comercial gigantesco. Lo que me parece más repulsivo, aún. Reconocer que lo hacen por un interés económico que ni siquiera creo que sea a cambio de algo concreto. Sino de un potencial cambio. No vaya a ser que empañe la relación con China. No queremos molestar… suena así.
[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]Matan porque tienen un plan económico que quieren implementar.»[/four_columns]
¿Tienes esperanza?
Creo que han pasado muchas cosas interesantes en España, por ejemplo Gamonal, o lo de la P.A.H (Plataforma de los Afectados por la Hipoteca). Lo que pasa es que atajas una y te cuelan tres. El ‘Sí se puede’ me parece la frase síntesis de construcción de los espacios.
Siempre se hace una comparación de esta etapa con la crisis argentina del 2001. Y hay que ver después de qué vienen esas crisis. En Argentina viene después de casi treinta años de desmantelamiento del Estado de bienestar. Cuando llegó la crisis el nivel de desamparo era muy grande. Ya no funcionaba ni un hospital ya que habían sido vaciados de recursos para fomentar la sanidad privada.
Aquí llega después de treinta años de bienestar. La gente ha acumulado recursos que soportan mejor este tipo de crisis. Y el Estado y los gobiernos de derechas se aprovechan para exprimir al máximo esa capacidad de ahorro, esa pequeña riqueza de las clases más bajas. Si no existiera ese colchón de contención y riqueza familiar, no sería fácil manejar un país con 25% de desocupación (un 50% de ellos, jóvenes).
La ideología detrás de todo es la reconcentración económica. Que son los planes que están detrás de los golpes de Estado también. No es matar porque quieren matar solamente. Matan porque tienen un plan económico que quieren implementar. Estos planes de aquí, sin la necesidad de matar, de momento, sino, por ejemplo, multarte por una manifestación. O matarte con falta de atención en salud. El objetivo es el mismo, una brutal transferencia de recursos desde los sectores más populares a los sectores más concentrados. La misma semana que hicieron un recorte de 10 mil millones de euros en salud y educación le dieron la misma cantidad a Bankia. Los recursos no son ilimitados. O se usan para distribuir o se usan para reconcentrar.
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En la web de Gustavo Germano puedes consultar las fechas de las próximas exposiciones de sus proyectos: 31 de marzo (‘Ausencias Brasil’ en la Fundación Rosa Luxemburgo, Berlín), 8 de abril (‘Distancias’ en el Congreso de la Nación en Buenos Aires) y 21 de marzo (‘Ausencias Argentina’ en la Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires).
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