‘Antes hacía ganchillo, ahora soy activista’

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Las descubrí en la última proyección del documental Temps de CanVies en Can Battló. Mujeres comunes que detienen el tiempo cuando hablan, con pasión, sensibilidad y compromiso, acerca de su transformación en activistas de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes.

Por VERÓNICA TARANILLA.  Seguir a @vtaranilla

¿Cómo se formó la Xarxa? ¿Cómo empezasteis?

 Núria (N): la Xarxa se formó de una manera muy sencilla. Cuando estás delante de un televisor y escuchas la criminalización que se hace de la protesta, en este caso de Can Vies, das un salto, te levantas del sofá y dices: ¡Esto no puede ser! Nuestros hijos no salieron a pasar un rato y liarla. A la situación que se estaba viviendo en el desalojo de Can Vies se sumó una situación de crisis que el propio joven vive día a día. Que existía en el 2014, pero que continua ahora, sin perspectivas de futuro ni de trabajo. Entonces, viendo eso, hablé con mi hijo y le comenté que tenía la sensación de que los jóvenes habían salido en vaga general pero que realmente todos queríamos salir. Contactamos con otros familiares, con la Asamblea de jóvenes de Can Vies y con Madres contra la Represión, de Madrid. Cuando finalmente nos reunimos, acordamos que no nos quedaríamos solo en Can Vies sino que la criminalización de los movimientos sociales va más allá y que, por eso, uniríamos todas las causas de la disidencia política.

 ¿Es una Red abierta? ¿Cualquier persona que se vea en un caso similar al vuestro puede acudir?

 Rosa (R): Sí, de hecho nos constituimos porque nuestros hijos habían sido maltratados, porque los habían detenido, pero también habían recibido malos tratos por ser disidentes o bien porque habían sido detenidos en un contexto de disidencia. Eso fue un poco el elemento de cohesión. Eso no quiere decir que no nos hayamos encontrado con personas que han sufrido violencia policial pero no en un contexto de disidencia.

 ¿Cuándo comenzaron?

 R: El 22 de diciembre de 2014. Era final de año y a finales de enero de 2015 comenzaban los juicios rápidos como el del hijo de Edelvina.

Edelvina (E): Una de las cosas que nos ha aportado la Xarxa es conocer a mucha gente interesante. Por aquel entonces, participamos en las asambleas de jóvenes que hacían desde Rereguarda con psicólogos y abogados. Fuimos solo tres padres. Pensamos, eso es muy poco. Un día vino mi hijo y me dijo: ‘Mamá, ha venido otra madre que quiere montar lo de las Madres de la Plaza de Mayo’. Y era Núria. Pero todavía no éramos Xarxa

N: Cada uno en su momento hizo lo que podía para contactarse con otros. Pero es que la Xarxa va más allá.

E: Desde el primer momento, nosotras y otra madre, hemos estado siempre al costado de nuestros hijos y hemos visto también la necesidad de muchos jóvenes que no tenían los padres al costado. Había mucha incomprensión, muchos problemas y todo eso porque muchos chicos no podían explicar en sus casas lo que les había pasado. Habían estado en la comisaría o habían vuelto lastimados pero tuvieron que ocultarlo a sus familias. Todo eso crea rupturas familiares.

¿Qué les dirían a los que piensan que vuestros hijos ‘algo habrán hecho’ para estar encausados?

 N: Sí, muchos dicen: ‘Qui no vulgui pols que no vagi a l’era’ y así se genera este estigma. Y hasta que no te encuentras en la situación…

R: Por un lado están nuestras trayectorias personales previas, (habrá algunas madres que han llevado una vida activa en la militancia pero otras no, cuya experiencia en este mundo ha sido algo muy súbito y nuevo). A partir de aquí, entran muchos elementos en juego, la ideología, el sentido común, la personalidad, la valentía para decir: ‘Eso no puede ser y lo diré y lo defenderé delante de quien sea’. Otros que intentarán pasar de puntillas porque les domina más el miedo. Hay muchas situaciones de carácter psicológico muy diferentes que hacen que cada uno pueda vivir su situación en solitario de manera muy diferente. En todo caso, siempre mal por el hecho de vivirlo en solitario.

 ¿A qué se dedicaban vuestros hijos?

 E: Estudiaban y trabajaban. La mayoría de los chavales que cogieron tienen entre 19 y 27 años.

R: Son personas que están en un contexto de preparación y saben por dónde van las cosas. No es una banda de antisistemas urbanos, como decían en la televisión y como comienzan los atestados policiales.

E: La acusación de mi hijo empezaba diciendo: grupo de anarquistas están quemando Barcelona. A él lo identificaron solo porque iba vestido de negro (aunque no iba de negro, iba de gris). Siempre hablan del antisistema como alguien que va a poner bombas o hacer algo contra la sociedad, cuando en realidad es todo lo contrario. Son gente que se preocupa por la sociedad.

N: Los estigmatizan y entonces la sociedad los aparta. Entonces ya están perdidos. Si no estás de acuerdo con lo que actualmente predomina en el sistema, tenemos un problema. A la mayoría de la gente no le gusta el tema: disidencia, política, etc.

[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]»… Lo que mueve a la disidencia en el contexto del capitalismo brutal que vivimos ahora, es el convencimiento de que las cosas se podrían hacer de otra manera.»[/four_columns]

¿Pueden definirme qué es un disidente para vosotras?

 R: Es una persona que no está de acuerdo con el estado del sistema dominante. Con sus planteos que son impuestos a la población. Sean políticas económicas, sociales, etc. Un disidente es aquel que no está de acuerdo con eso. Sea en el régimen político que sea.

N: Hay mucha gente que se enoja por cómo está el sistema. Pero el disidente va un paso más allá. Toma conciencia y actúa.

R: Pero se puede actuar de muchas maneras. Puedes ser disidente y actuar desde el pacifismo o desde otro planteo. En todo caso, lo que está claro, lo que mueve a la disidencia en el contexto del capitalismo brutal que vivimos ahora, es el convencimiento de que las cosas se podrían hacer de otra manera. Y que esta otra manera puede ser un sueño pero los sueños, si no comienzas a hacerlos crecer, no llegarán jamás a convertirse en una realidad.

¿Hay algo que puedan rescatar de la situación que están viviendo?

 E: En el caso de mi hijo, me dieron 10 días para buscar testigos. Tuve que ir a Sants puerta por puerta. ¡Lo que nos ayudó la gente de Sants fue increíble! ¡No me lo podía creer! Una de las mujeres vino a declarar a favor de mi hijo, aunque no le hicieron caso. Tuve una ayuda que no me esperaba, no sabía que la gente colaboraba tanto. Para mí eso fue una lección muy importante.

Xarxa anti-repressió

Rosa, integrande de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes

¿Prefieren que no creamos en la solidaridad?

 E: Claro. Mi hijo estuvo desaparecido durante 12 horas. Entonces llamé a los amigos y en 10 minutos recibí los llamados de todos ellos y de un abogado que me dijo que estaba en la comisaría de Les Corts declarando con un abogado de oficio. Porque les hicieron declarar con un abogado de oficio antes de avisarnos. Hubieron muchas irregularidades.

[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]»No los han detenido por lo que supuestamente han hecho sino por lo que defienden»[/four_columns]

 ¿Qué tipo de irregularidades?

 R: En la Xarxa hemos visto que se daban toda una serie de irregularidades que se repetían en diferentes procesos. Una de nuestras tareas es esa: mostrarlas y hacer todo lo posible para que dentro de las instituciones eso se corrija. Porque sabemos que los agarran por ser disidentes. Hay una frase que dicen de tanto en tanto los abogados, que la aplicaron en el caso del Parlament, y que es aplicable a todos los casos relacionados con la disidencia: No los han detenido por lo que supuestamente han hecho sino por lo que defienden. Eso lo dice todo.

Las acusaciones no se aguantan por ningún lado, son rarísimas. La desproporción de las penas que se piden, tampoco. Por ejemplo, 9 años por hacer mal en el brazo a un mosso que va armado como va… es un poco singular.

¿Qué hacéis como Xarxa?

 R: Tenemos tres ámbitos de actuación. El primero es el de la acogida para dar apoyo a quienes están viviendo una historia como la nuestra. Otra acción que hacemos es la presencia pública en los medios, en los encuentros, etc. Siempre que se nos invita, acudimos. También llevamos los casos al Síndic de Greuges, para concretar qué acciones se deberían cambiar dentro de las detenciones. Y por otro lado, hacemos red con otros colectivos, como las Madres contra la represión en Madrid, los Familiares del Parlament o colectivos de chicos y chicas disidentes.

Edelvina, integrante de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes

Edelvina, integrante de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes

Hacéis una tarea de instrucción de alguna manera…

R: Hemos tenido la oportunidad de que se nos instruya acerca de los procedimientos jurídicos y también de que se nos convidara a asistir a jornadas que ha hecho la Comisión de DD.HH del Colegio de Abogados, por ejemplo. Así aprendimos cosas como el Protocolo de Estambul para detectar torturas, cuidar la instrucción de los casos, etc. Hemos aprendido que nuestra presencia es necesaria.

E: Hemos hablado con todos los grupos parlamentarios y una de las cosas más importantes para mí es el acompañamiento a los juicios. Vamos a todos los juicios en que nos han aceptado.

N: Algunas familias no están en la Xarxa y no requieren el acompañamiento porque eso implica aceptar una situación difícil socialmente. Cuando los chicos no han hecho nada mal, solo ser disidentes.

E: Algunos jóvenes nos han dicho que, al enterarse los padres de que asistíamos nosotras, están cambiando la manera en que ven la situación. Han comenzado a hablar.

N: Es que cuando nos ven, ven a alguien natural, no tenemos nada que ver con la estética de nuestros hijos, por ejemplo. Cuando te muestras de manera natural, pierden todas las armas. Damos voz a aquellos que no la tienen o que, dentro de sus esquemas no entra lo de tener contacto con grupos políticos.

[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]»Estoy concienciada y también sé leer los periódicos o la TV. Aprendí a leer lo que no escriben más que lo que escriben.»[/four_columns]

¿Qué pasó el día en que os enterasteis de que vuestros hijos estaban en la comisaría? Hasta ese momento teníais una vida común…

N: A mi hijo lo detuvieron dos meses después. Por lo tanto, todo lo que ellas ya vivieron en un primer momento, yo no lo he vivido. Cuando lo detuvieron me llamaron desde la policía y me dijeron que estaba allí. Pensé en cómo es mi hijo y me quedé tranquila. Pero después, viendo la manera en que los medios de comunicación trataban el tema pensé: Se los comerán. Eso me hizo pensar en que debía hacerle costado porque sino, el propio sistema se los comía y los transformaba en entes o en personas que los tertulianos querían que fueran. Y nuestros hijos no son así. Son muy responsables, buenas personas, intelectuales, con inquietudes…

E: Hay un antes y un después de la detención de nuestros hijos. Porque antes todos nos dedicamos a vivir nuestra vida y ahora dedicamos mucho tiempo a este tema. Antes estaba haciendo ganchillo y ahora soy activista. Estoy concienciada y también sé leer los periódicos o la TV. Aprendí a leer lo que no escriben más que lo que escriben. Y en la TV lo mismo, cuando ponen una imagen ves lo que hay detrás.

R: Sí, van usando imágenes de otras huelgas u otros acontecimientos para ilustrar el tema de Can Vies. Y piensas: ¡qué poca imaginación! Y no es eso. Detrás hay una voluntad de ir creando en la sociedad la conciencia de miedo, de criminalización.

E: Y como lo hemos vivido, nos dimos cuenta y queremos explicarlo a los otros. Esa es una parte muy importante del trabajo de la Xarxa. Intentamos crear conciencia.

Marta, integrande de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes

Marta, integrande de la Xarxa anti-repressió de familiars de detingudes

 ¿Cómo están vuestros hijos ahora?

E: El caso del hijo de Núria es todo un tema. Va al juzgado día sí y día también porque se olvidaron de citar a la Generalitat el día que habían decidido hacer el juicio. Se dieron cuenta una hora después de comenzado.

Marta (M): A raíz de las vejaciones sufridas (no les daban agua, tampoco compresas a las chicas, los obligaban a mirar a un lado y a otro continuamente, la luz encendida las 24 horas para que no tuvieran noción del tiempo) mi hija tiene crisis persecutorias.

R: Toda una serie de actuaciones absolutamente innecesarias si no es que vienen de una mente perversa. ¿Qué buscan con eso? Que tengan miedo, que no vuelvan a manifestarse. Así los traumatizan. No quieren volver a hablar.

E: Mi hijo, al cabo de dos meses, no encontró a la perra porque yo la había sacado a pasear y creía que se la habían robado los mossos. Tenía un síndrome de persecución tremendo.

[four_columns alpha=»0″ omega=»0″][dropcap_custom]»[/dropcap_custom]»Cada vez nos afianzamos más, cada vez me siento más útil.»[/four_columns]

¿Cómo les gustaría que termine todo esto?

R: Con absolución y con reconocimiento del maltrato y las mentiras por parte de los mossos. Y que en un futuro, el gobierno pidiera disculpas a todos. La gestión de la disidencia está muy mal llevada y lo que me gustaría es este reconocimiento. Difícil… ¡Cómo estamos que nos conformamos con que solo no entren en prisión cuando sabemos que no deberían hacerlo!

¿Hay algún motivo para la esperanza?

R: Sí, que a raíz del caso de nuestros hijos, hemos descubierto que hay mucha gente que está haciendo cosas. Cooperativas de consumo, cosas culturales, sociales, etc. En la Xarxa tenemos claro que el camino que nos queda por hacer es largo. Somos concientes de que estamos en un tema complejo. La disidencia está mal vista en la sociedad. Muchas veces por desinformación. Cuando escuchas a gente en la otra parte del mundo, como las Madres de Plaza de Mayo, que han sido capaces de defender sus derechos, encuentras que, a pesar de la especificidad de cada caso, hay algo que te une. Que te hace sentir fuerte aunque no consigas demasiado. Es necesaria la presencia de todas las personas que en un momento determinado hacen este cambio de chip. O que se despiertan. Cuando te comprometes en esto haces un salto.

E: Cada vez nos afianzamos más, cada vez me siento más útil.

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