Una visita a una antigua amiga que ahora vive en Gambia le sirvió a la alumna Laura Villanueva para conocer la situación del país y realizar su proyecto final del curso ‘Fotoperiodismo Libre’. Su intuición y su respeto hacia las personas le permitieron contar la historia de un país donde la imaginación se convierte en el arma imprescindible para salir adelante.

Por LAURA VILLANUEVA >Seguir a @DateCuenta

Una calle en Brufut (Gambia) | Foto: LAURA VILLANUEVA

En una inmensa playa en Brufut, un pueblo de la costa de Gambia, aparece entre palmeras y otros árboles de cuento, el proyecto de ecoturismo rural ideado por Ebrahim, un excepcional pintor de la zona y Feli, una antropóloga y maestra riojana. Se conocieron hace bastantes años en Gambia y tiempo después se casaron en ambos países, comenzando de manera espontánea y natural a dar forma a este sueño llamado “Sibinasitá” que consiste en poder hacer frente a las necesidades básicas de una familia numerosa de 8 hijos y su gran comunidad. Aquí os presento unas pinceladas de su cultura y costumbres a través de una serie de retratos de personas cercanas a la familia y a sus actividades cotidianas durante las últimas semanas de la celebración del Ramadán.

Awa y comerciantes de pescado en la playa de Brufut | Fotos: LAURA VILLANUEVA

Awa es una de las personas más importantes, es la cocinera. Tiene una hija de tres años y a su marido lejos, trabajando en Alemania. Cuando nació su hija la llamó Mari Feli en honor a la cabeza de proyecto y nueva esposa de su tío Ebrahim. Es costumbre homenajear a la persona extranjera que les ayuda de esta manera. Ve en Sibinasitá la esperanza de que su hija pueda recibir una buena educación, sueño inalcanzable para la mayoría de la población. Ella nos explicó muchos detalles sobre las costumbres sociales en relación a la maternidad. Por ejemplo, a los niños y niñas muy pequeños no se les enseña a decir “mamá” hasta que tienen la capacidad de entenderlo, que es alrededor de los tres años. Nos sorprendió que Mari Feli llamara a su madre por su nombre, pero es el que ha aprendido de manera espontánea oyéndolo a las demás personas cuando se dirigen a ella.

Ebrahim y Endé | Fotos: LAURA VILLANUEVA

Endé es la exmujer y madre de los 8 hijos de Ebrahim que sigue compartiendo casa y proyecto con toda la familia, en una convivencia envidiable. En la foto se la ve espléndida en el bautizo de su recién llegada nieta. En Gambia y en otros países africanos no se les da nombre a los recién nacidos hasta que no ha pasado una semana. La celebración es un sincretismo entre la religión musulmana y costumbres africanas tradicionales. En la imagen podemos ver a la tía abuela política sentada al lado de la puerta de entrada de la pequeña casa donde se celebraba el bautizo. Al ser una de las mayores, es también una de las más importantes a la hora de tomar decisiones; su vestimenta y turbante indican abiertamente su importancia en el evento.

Ella y el sastre | Fotos: LAURA VILLANUEVA

Ella es la hija de la anterior mujer y se puede ver claramente como se ha colgado unos billetes en el vestido al igual que las demás participantes de las tareas culinarias, y de todo tipo, del evento. Según me contó, se lo ponían porque se lo habían ganado con creces trabajando tanto para el bautizo.

En estas circunstancias muchas familias se unen y crean un fondo comunitario al que recurren en caso de enfermedad o celebración importante. Sin este tipo de contratos libres entre ellos, les sería imposible salir adelante. En cualquier bautizo o celebración importante debe sacrificarse algún animal, en este caso fueron tres pollos preparados y cocinados por las mujeres jóvenes de la familia. Si la familia goza de mejor posición económica, la elección habría sido el cordero. Ese día se alimentó a todos los vecinos de la zona.

Fiesta por el fin del Ramadán. | Foto: LAURA VILLANUEVA

En Gambia no existe la individualidad, todos están juntos y todo se comparte, las puertas de las casas están abiertas y para decir hola hay que decir tres frases, no existe la prisa para comunicarse y siempre se pregunta por la familia al comenzar una conversación.

Los trabajadores hacen turnos para poder dormir y sobrellevar el hambre y la sed. El mercado, por ejemplo, se convierte en un collage de dormidos y despiertos y de abanicos y camas improvisadas.

Un pescador y una comerciante exhausta por el calor. | Fotos: LAURA VILLANUEVA

De vuelta a la playa de Brufut, nos encontramos con uno de los muchos pescadores que diariamente atraviesa la playa con su pequeña barca compartida con más personas de las que caben en ella. Es curioso cómo en el mundo ‘desarrollado’ este tipo de pesca de arrastre, que es a pequeña escala, se ha prohibido a cambio de permitir a grandes barcos pesqueros arrasar con el océano… no se puede tirar una pequeña red y coger el pescado con las manos, pero sí se puede pescar en 5 minutos lo que estos pescadores recogen en un año entero. La situación económica de este sector es especialmente precaria, y como no temen al océano, muchos creen que un largo viaje en cayuco hasta aguas canarias es mucho más fácil que intentar trabajar en otro sector diferente del pesquero.

Los sastres trabajan día y noche, muy a menudo con una sola vela en un cuarto pequeño y sin ventanas, en una calle sin más iluminación que la de las movedizas linternas pasajeras de sus vecinos. Sus trabajos, un auténtico milagro. El Ramadán se acaba… ¡y la fiesta comienza!

La imaginación, arma fundamental para salir adelante en Gambia. | Foto: LAURA VILLANUEVA

La desregularización del empleo y la falta de derechos humanos convierte la vida de muchos gambianos en un “sálvese quien pueda”; demasiada gente trabaja únicamente a cambio del plato de comida. La imaginación, el positivismo y la unión, se convierten en armas fundamentales para salir adelante.

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