No decimos nada nuevo cuando afirmamos que la realidad supera a la ficción. La manera de transmitir la información ha cambiado con la evolución tecnológica. Y hay historias que piden ser transmitidas en lenguaje de cine documental. Hemos preguntado a nuestros profesores (no solo del curso de Cine Documental), y aquí tenéis siete grandes recomendaciones para abrir boca.

Cine documental que marcó la trayectoria de nuestros profesores

Por MÓNICA SOLANAS | @monicontomate


30 años de oscuridad, del director Manuel H. Martín y guion de Jorge Laplace. Juan Diego y Ana Fernández pusieron las voces de la cinta.

Un importante aporte documental sobre una época muy oscura y silenciada

“Lo fundamental era contar una historia de humanidad. Que recordemos cómo sacrificaron sus vidas. Y ese sacrificio personal hace que su drama sea universal. No podemos olvidar”, afirmaba el director de 30 años de oscuridad, Manuel H. Martín, en una entrevista en septiembre de 2011, poco antes de finalizarlo. Esta es una historia de supervivencia, un impactante testimonio sobre los topos republicanos, que tuvieron que vivir ocultos en la España de posguerra para evitar la represión de la dictadura de Franco.

El documental de animación narra las circunstancias que vivió el socialista Manuel Cortés, ‘el topo de Mijas’, último alcalde republicano del municipio malagueño. La coyuntura impidió que pudiese huir, y con ayuda de su mujer ―Juliana Moreno― cavó un hueco en las paredes de su casa para ocultarse. Permaneció en aquel agujero tres décadas, hasta que en marzo de 1969 el Régimen publicó la amnistía por todos los crímenes cometidos durante la guerra.


Waste Land, de Lucy Walker y Karen Harley, narra el proyecto del artista y fotógrafo brasileño Vik Muniz en Jardín Gramacho, un vertedero a las afueras de Río de Janeiro

La dignificación de una sociedad completamente marginada

Se dice que Jardín Gramacho es uno de los vertederos de basura más grande del mundo. Está en las afueras de Río de Janeiro. Y ha sido también el escenario de Waste Land. Lo que empezó siendo un proyecto documental sobre la obra de Vik Muniz acabó dando lugar a un filme que narra la vida de los catadores. Estos recolectores separan todo aquello susceptible de ser vendido, base de su subsistencia.

Con Muniz al frente, este grupo de trabajadores crearon nuevas ideas a partir de todos los deshechos que cada día genera la cultura del consumo. Esta película de cine documental reflexiona entorno a la dignidad humana y obrera, la organización social y el trabajo colectivo, el poder del arte o el aprovechamiento por parte de los pobres de los residuos de los ricos.

Ser y tener, de Nicolas Philibert, narra el último año en activo de un docente en una escuela rural

Respeto, paciencia, silencio y amor por la educación

En esta cinta, Philibert nos introduce en el aula del profesor Georges Lopez, una escuela rural en Auvergne, en el centro de Francia. Alumnos de diferentes edades, que avanzan a distintos ritmos, y que descubren y experimentan las enseñanzas de su maestro desde su propia y única personalidad.

El espectador se transporta a un espacio tan terrenal como idílico; un entorno rural tan bello como terrible; un remanso de calma y gritos y risas y nervios y asombro ante el descubrimiento de lo desconocido. Un homenaje a una de las más bellas vocaciones: la de docente.

El documental refleja cómo la industria farmacéutica prioriza sus beneficios por encima del derecho a la vida de millones de personas

La muerte de muchos, los beneficios de unos pocos

En su película de cine documental Fuego en la sangre, Dylan Mohan Gray nos explica en 84 minutos cómo farmacéuticas y gobiernos occidentales han impedido el acceso a antirretrovirales baratos a enfermos de SIDA, a los pobres de cualquier rincón de la tierra. Tratamientos que salvan vidas podían ser vendidos por 300 euros, precio que incluye el beneficio de las empresas. La realidad es muy distinta: estas farmacéuticas cobraban 15.000 dólares por año.

Empresas como Phizer, Roche o Abbott impusieron sus intereses frente a gobiernos europeos, incluso a la Organización Mundial de la Salud. Su cinismo llegó al límite de interponer una demanda a la Organización Mundial del Comercio, lo que les aseguraba la exclusividad de sus patentes. Mientras, cada día mueren 4.000 personas por VIH.

Anarquista. Atracador. Falsificador. Pero sobre todo albañil.

86 años difundiendo la utopía y animando a continuar la lucha

“Quien no lucha es porque no tiene amor”. Leer a Lucio Urtubia, escuchar cómo relata su vida, es una verdadera enseñanza y el mejor de los impulsos para seguir creyendo en una utopía que es “más necesaria y posible que nunca”. Los guipuzcoanos José María Goenaga y Aitor Arregi son los directores del documental Lucio, que narra cómo este anarquista llevó prácticamente a la quiebra al banco más poderoso del mundo, el First National City Bank, falsificando cheques de viaje por valor de 20 millones de dólares. El botín se destinó a financiar muchas otras causas.

Albañil, agricultor, atracador, contrabandista, secuestrador, falsificador, expropiador; para Urtubia, él solo es “un simple y pobre trabajador. El trabajo es lo mejor y lo más revolucionario”. Descubrir los libros, entrar en contacto con los anarquistas que lucharon en la Guerra Civil y en la Segunda Guerra Mundial, “anarquistas a quienes la República había tratado mal y, aun así, la defendían”, fueron “los que me educaron”.

Frédéric Bourdin, el Camaleón, se hizo pasar por un menor desaparecido y convivió con la familia

El suplantador de identidades

1994, San Antonio (Texas). Nicholas Barclay es un joven de 13 años que vive con su familia cuando desaparece sin dejar rastro.

1997, Linares (Jaén). La Guardia Civil recibe la visita de un joven que dice ser Nicholas Barclay. La embajada norteamericana de España contacta con la familia del adolescente, y la hermana de Nicholas viaja a España para reencontrarse con él y llevarlo de vuelta a casa.

La historia podría terminar con este final feliz si no fuera porque quien decía ser Nicholas era en realidad Frédéric Bourdin, un joven francés que en aquel momento tenía 23 años. Consiguió engañar a todos, también a la familia Barclay, con la que llegó a convivir varios meses.

El impostor, documental del director Bart Layton, reconstruye este caso, el más famoso de las más de 500 suplantaciones de identidad que Bourdin ha llevado a cabo en su vida.

Extracto del debate en CanalSur Televisión sobre Rocío, del director Fernando Ruiz Vergara

La primera cinta censurada de la democracia española

Fernando Ruiz Vergara y la guionista Ana Gil pusieron en marcha un proyecto documental con el que arrojar una mirada crítica a la fiesta de El Rocío. El hilo argumental recorría la trayectoria de la romería desde la represión de la guerra civil hasta la Transición. Lo que provocó polémica por la forma de mostrarla.

Pero el verdadero conflicto, que desembocó en censura y prohibición de la emisión de ciertas partes de la cinta, fue la grabación de varios testimonios que describían cómo y quiénes ejercieron la represión golpista en 1936 en la zona de Huelva ―dando nombres y apellidos de los represores―, enlazándolo con la fiesta de la romería.

La proyección de Rocío en los cines se vio interrumpida por orden judicial. El director y la guionista fueron denunciados. Desapareció más de un minuto de la cinta. Ruiz Vergara fue condenado y acabó marchándose de España.

Hoy sigue siendo de obligado visionado, tanto para recuperar la memoria de los represaliados por Franco y sus tropas como de quienes fueron represaliados por una Transición paternalista y casposa y una floreciente pero falsa democracia.